Galileo descubrió que la atracción gravitacional que la Tierra ejerce sobre los cuerpos no depende de la composición . Ahora lo explicaremos.
Cuando Galileo era niño no existían relojes precisos. Había clepsidras, relojes de vela y de arena: marcaban el lapso en que el o la arena pasaba de un recipiente a otro, o se consumía un segmento de la vela. Galileo intuía que la requiere precisas y una es la del tiempo.

Una de las anécdotas se refiere a lo que aconteció un domingo del año 1581 en la catedral de Pisa, Italia, donde se celebraba una misa. Ahí se encontraba el joven Galileo con apenas 17 años, bien parecido, inquieto y devotamente religioso, que escuchaba con atención el servicio. De repente, un hecho absorbió su atención: un candelero suspendido del techo de la iglesia por una cadena de unos dos metros de longitud oscilaba en un movimiento de vaivén impulsado por una corriente de aire.